Por qué los artistas son grandes misioneros

A primera vista, puede parecer una combinación extraña. En muchas ocasiones he sentido que no encajo. Demasiado misionero para los artistas, demasiado artístico para los misioneros tradicionales, pero en JUCUM Núremberg encontré mi tribu. Y aquí me di cuenta de que las artes y las misiones encajan a la perfección.

El escritor de fantasía Terry Pratchett dijo,

"...antes de poder cambiar el mundo tienes que ser capaz de crear una imagen del mundo distinta a lo que aparenta ser".

Imaginación. A menudo he dado por sentada esta capacidad. Crecí imaginando otros mundos y universos alternos, y simplemente versiones mejores de este mundo. Al parecer, eso no es normal. Al menos, no para la gente que no es artista.

Para los artistas, esto es normal.

Es en esto que nos destacamos. Tenemos una imaginación desbordante. Imaginamos historias, pinturas y fotografías. Imaginamos cosas raras, disparatadas y maravillosas. Pero del mismo modo que imaginamos el universo alterno de una nueva novela fantástica, también imaginamos un mundo sin trata de seres humanos, un mundo en el que los refugiados sean bienvenidos, un mundo en el que se erradique la pobreza extrema. Podemos ver este mundo, tan claramente como podemos ver nuestro próximo poema o pintura o canción.

Empezamos imaginando, y luego empezamos a crear.

La historia no se queda en nuestra cabeza, se escribe, el paisaje se pinta y la fotografía se revela. Cuando empezamos a dar vida a nuestra imaginación a través del arte, empezamos a darnos cuenta de que quizá esas otras cosas que imaginamos también pueden cobrar vida. Imaginamos un lugar seguro para los refugiados, así que creamos una casa para adolescentes refugiados, para que pudieran salir de los campamentos grandes. Imaginamos personas que se salvan de la trata de seres humanos, así que un equipo empieza a trabajar con mujeres en el Barrio Rojo. Imaginamos un café donde los artistas puedan reunirse y ser de influencia en la ciudad, y así se pone en marcha un café. Imaginamos, y una vez que hemos imaginado, podemos hacer que suceda.

Como dijo William O'Shaughnessy,

"Somos los creadores de música (y escritores y pintores y fotógrafos), somos los soñadores de sueños. Somos los que movemos y agitamos el mundo para siempre, eso parece".

Visto así, ser misionero y artista no es una combinación extraña. Es una combinación natural y poderosa.

JUCUM Núremberg es un colectivo de artistas misioneros, y para la mayoría de nosotros las dos cosas son muy difíciles de separar. Es lo que somos. Misioneros y artistas. Ambos igualmente arraigados en nuestras identidades.