Alemania, oh Alemania, qué hermoso regalo eres. Hogar de castillos de cuento de hadas, hermosos paisajes y panes en abundancia, podría parecer difícil señalar lo mejor de la nación, pero después de vivir aquí durante años, es la gente fuerte, dedicada y apasionada la que se lleva el premio.
Durante siglos, Alemania ha sido tema de conversación en todo el mundo por descubrimientos y creaciones como la imprenta, la televisión, la aspirina y el automóvil. Elogiada por su brillantez arquitectónica, sus avances tecnológicos y médicos y su increíble economía, Alemania ha demostrado una y otra vez que es una potencia creativa. Pero debo protestar, porque la realidad es que no fue "Alemania" quien lo logró, sino los alemanes. Hombres y mujeres individuales con la audacia de creer en un futuro mejor y la firmeza de seguir hasta el final.
Todo esto me lleva a hacer una afirmación lógica y audaz. Los alemanes no sólo son importantes, sino necesarios para las misiones mundiales. ¿Por qué?
Su obediencia a Jesús les lleva más allá del miedo a la gente. Desechando el pasado y las expectativas que otros puedan tener, los alemanes son capaces de entrar en la plenitud de lo que Dios diseñó para ellos.
Eres una persona con autoridad que otros quieren seguir y tienes una voz fuerte, genuina y sincera que otros quieren escuchar. Una vez que los alemanes encuentran su voz en Jesús, hablan con audacia y pasión desde un lugar de gran convicción.
Construyen relaciones lentamente, con una base sólida, dedicando tiempo y esfuerzo a cultivar conexiones profundas y significativas. Una vez que tienes un amigo alemán, tienes un amigo para toda la vida.
La historia de Alemania es única y encierra un testimonio inspirador de "de las cenizas a la belleza". Como nación, ha experimentado un quebranto absoluto, pero también una restauración increíble que le permite hablar al quebranto de los demás. Alemania tiene una historia de personas y movimientos que han llevado el nombre de Jesús hasta los confines de la tierra y reformado el cuerpo de Cristo. No sólo hay espacio para que los alemanes hagan más en las misiones mundiales, ustedes tienen el poder y la capacidad para hacerlo y la historia de su lado para probarlo.
Verás, los misioneros no son tan diferentes de los alemanes, son hombres y mujeres individuales con la audacia de creer en un futuro mejor y la firmeza de seguir hasta el final. Entonces... ¿a qué esperas?