Cómo rezar por las naciones

Rezar es poderoso, pero la intercesión lo lleva a un nivel superior. Es como ser la voz de otros cuando hablas con Dios.

¿Cuál es la diferencia entre orar e interceder?

Cuando rezamos, a menudo se trata de lo que necesitamos o queremos. La intercesión, en cambio, es una forma específica de oración en la que nos presentamos ante Dios en nombre de otra persona. Se trata de ser un defensor espiritual de los demás, y cuando intercedemos por una nación, nos convertimos en defensores de ese país y de su gente.

¿Pueden nuestras oraciones influir realmente en una nación?

Dios escucha y responde a nuestras oraciones

La intercesión abre las puertas a la transformación, y no sólo de individuos, sino de naciones y países enteros.

2 Crónicas 7:14 (NVI): "Si mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, se humilla, ora, busca mi rostro y se convierte de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra".

Ocurre algo más que lo que vemos en lo físico

La intercesión también puede ser una forma de guerra espiritual contra las tinieblas para traer luz y esperanza a una nación.

Efesios 6:12 (NVI): "Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo tenebroso y contra las fuerzas espirituales del mal en las regiones celestes."

Sanidad llega a través de la oración

La intercesión puede propiciar un proceso de sanación para las naciones abrumadas por conflictos, sufrimientos o injusticias. A través de nuestras oraciones, invitamos al toque sanador de Dios.

Salmo 107:20 (NVI): "Envió su palabra y los sanó; los rescató de la tumba".

¿Sabías que el Muro de Berlín fue derribado gracias a la oración?

Pete Greig, fundador del movimiento de oración 24-7, cuenta la historia en Premier Christianity Magazine, échale un vistazo.

 

Consejos prácticos para orar por una nación

1. Conoce el lugar y la gente: Antes de comenzar a interceder por una nación, tómate un tiempo para entenderla mejor. Investiga datos, lee artículos, habla con gente de ese país o visítalo si es posible. A menudo encuentro que cuando conozco el lugar o la gente - cuando puedo imaginarme sus caras - puedo orar más fácilmente por ellos.

2. Comienza con alabanza y gratitud: Comienza tu oración dando gracias a Dios por quién es, por su grandeza, su amor y su poder. Expresa tu gratitud por lo que Él ya ha hecho y por lo que puede hacer por la nación por la que estás orando. ¡Qué privilegio es unirse a Dios en oración! 🤝

3. Busca la dirección del Espíritu Santo: Ora pidiendo la dirección del Espíritu Santo sobre cómo orar por esa nación. Pida sabiduría y perspicacia sobre las necesidades y problemas específicos que enfrenta la nación.

4. Ora por la nación y su gente: Levanta la nación ante Dios, ora con gratitud, esperanza y bendiciones. Díle a Dios qué, de esta nación, agobia tu corazón y pídele que se mueva en esta área. 🙌

5. Mantén la sencillez: Tus oraciones no necesitan ser largas o complejas - Dios sabe lo que quieres decir. Y no te preocupes por llenar el tiempo. La oración no es una propuesta de negocios o un monólogo, es una conversación. No olvides escuchar también a Dios.

Crea el hábito de rezar por las naciones

Nuestros hábitos de oración pueden variar, pero la constancia es la clave. Empieza con un par de minutos y sigue a partir de ahí. Rezar es sencillo, pero crear un hábito de oración requiere compromiso. Y merece la pena: recuerda que la oración mueve el corazón de Dios ❤️‍🔥

Únete a nosotros para interceder por las naciones

En JUCUM Núremberg, creemos en el poder de la intercesión para transformar naciones. Juntos, seamos los defensores que traen el cambio del evangelio al mundo.